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Consumo en Argentina: orgullo nacional o atracción global

Los argentinos eligen entre lo nacional y lo importado: identidad, prestigio y emociones redefinen el consumo en 2025.

El mercado argentino vive una apertura creciente al mundo y, con ello, surge una dualidad en el consumidor: apoyar lo nacional como símbolo de identidad y pertenencia, pero también dejarse seducir por lo global como sinónimo de prestigio y conexión internacional.

El "gustito": micro-recompensa y derecho emocional

Más allá del origen de los productos, lo que hoy guía las decisiones de compra es la posibilidad de acceder a un placer emocional.

En un contexto de consumo más racional, el "gustito" aparece como un acto de resistencia y una micro-recompensa que equilibra tensiones. Según el estudio de Trend LAB de Youniversal, 9 de cada 10 argentinos consideran fundamental darse un gustito para mantener el ánimo y legitimar el esfuerzo cotidiano.

Ya no se trata solo de pagar más por calidad, sino de invertir en momentos significativos: un regalo, una celebración, un reconocimiento social o un consumo alineado con valores compartidos.

Consumo nacional: orgullo y tendencia en alza

Comprar argentino ya no es solo un gesto económico, sino un acto cargado de orgullo cultural. El diseño, la gastronomía, la música y el talento creativo local se convierten en banderas de identidad que trascienden fronteras.

El 72% de los consumidores prefiere productos nacionales porque sienten que así apoyan la identidad colectiva y conectan con un país que comienza a "ponerse de moda" a nivel internacional.

Consumo importado: aspiración y conexión global

En paralelo, lo importado mantiene su poder aspiracional. El 39% de los argentinos lo elige porque les permite sentirse parte del mundo.

Lo global se asocia con inclusión, prestigio y cosmopolitismo, trasladando al día a día una porción de la experiencia internacional.

El nuevo valor de marca: de lo tangible a lo simbólico

El estudio revela que hoy el valor de marca se juega más en lo simbólico que en lo funcional.

En 2024, los argentinos justificaban pagar más por calidad y rendimiento.

En 2025, crecen las razones emocionales: regalos, celebraciones y micro-recompensas que sostienen identidad y pertenencia.

Prestigio, innovación y conexión emocional son ahora los atributos diferenciales que impulsan la elección de una marca.

Implicancias para las marcas en Argentina

Con la apertura del mercado, las marcas locales ya no compiten solo entre sí, sino también con las extranjeras. Esto eleva las expectativas del consumidor, que ahora exige:

  • Calidad superior
  • Innovación constante
  • Prestigio social
  • Conexión emocional y auténtica

Los argentinos están dispuestos a pagar más por aquellas marcas que les ofrezcan estos beneficios. En los jóvenes, la tensión es aún más evidente: apoyan lo local, pero buscan diferenciarse con productos importados.

Una oportunidad en la tensión entre lo nacional y lo global

Lejos de ser un obstáculo, la dualidad entre orgullo nacional y aspiración global representa una oportunidad estratégica para las marcas.

Aquellas que logren ser auténticas, innovadoras y emocionalmente relevantes, integrando identidad local con deseo de inclusión global, serán las que mantengan relevancia y lideren en un mercado cada vez más competitivo.