Entrevistas

De vivir en Canadá a emprender en Concordia: la historia de Lucio y Lucia

Superando desafíos, Lucio y Lucía abrieron "Lu Pastelería" en Concordia, enfocados en repostería de calidad y café de especialidad.

En tiempos donde emprender, invertir en un proyecto o abrir un local significa un gran desafío, animarse a correr el riesgo adquiere aún más valor. De Entre Ríos a Canadá, y de Canadá a emprender en Concordia, es en pocas palabras el recorrido de Lucia Rondoni y Lucio Francolini, dueños de “Lu Pastelería”. Para conocer mejor su historia, El Entre Ríos visitó su local.

Lucia, oriunda de Concepción del Uruguay, estudió Pastelería en el Instituto Gastronómico de las Américas de la misma ciudad. Desde 2018 y hasta la llegada de la pandemia, tuvo su propio emprendimiento pastelero y luego continúo trabajando en otras pastelerías locales. En 2024, junto con Lucio, decidieron emigrar a Canadá. Allí vivieron un año, donde Lucia solía cocinar algunas tortas para los latinos que conocieron, aunque sin fines comerciales.

A principios de 2025, regresaron a Concordia y se decidieron por abrir la pastelería. Durante los meses que llevó construirla, Lucia comenzó a realizar ventas mediante sus redes sociales.

En busca de un complemento para la repostería, Lucio se especializó en el área de cafetería. “Sabemos que son dos cosas que van de la mano. Además, era lo que más nos gustaba a nosotros, tanto acá, antes de irnos, como en Canadá, era nuestro plancito. Ir a alguna cafetería a probar tortas y panes nuevos. Sabíamos que iba a hacer un desafío, pero también le metimos, y ahora logramos tener café de especialidad. Nuestro plan desde un principio era conocer toda la trazabilidad de los granos, saber de dónde provienen, y tratar de no usar los granos industriales.”, contó Lucio.

 

 

-¿Qué fue lo que los motivó a emprender juntos?

L.F: Un poco buscando la prosperidad, la libertad financiera. Si bien tuvimos la experiencia de estar en Canadá, nos tiraban mucho nuestros pagos, nuestra gente, se extrañaba. Y un poco por las condiciones climáticas también, nos dimos cuenta de que no nos gustaría quedarnos a vivir toda la vida allá. Como experiencia sí, pero no para vivir. Entonces, pensamos en emprender acá, en nuestra ciudad.L.R: Sí, en tener algo nuestro.

-¿Piensan que trabajar juntos siendo pareja es un desafío extra o lo vivirían de la misma manera si no lo fueran?

L.R: No, claramente no sería igual. Sería diferente obviamente porque estás solo, pero también está bueno tener a alguien que tiene ganas de hacer lo mismo.L.F: No sé si sería más o menos difícil, pero sería diferente. Y sí, muchas veces nos sostenemos mutuamente y hacemos que funcione.

-¿Cómo fueron esos primeros pasos, antes de tener el local?

L.R: Fue difícil.L.F: Y fue heavy. Al principio, ella empezó trabajando desde casa y fueron más o menos siete meses que estuvo trabajando así. Y bueno, empezamos a ver cómo arrancar, qué muebles íbamos a necesitar, qué electrodomésticos.L.R: Buscar un lugar, un lugar que sea más o menos céntrico.

-¿Qué significó para ustedes poder abrir su propio local después de empezar de forma más pequeña?

L.R: Es un gran desafío. Es mucha organización, muchas cosas a tener en cuenta. Lo hicimos igual con muchas ganas, así que le metimos todos los días, todo con ayuda de familia y amigos. Eso es lo importante.

L.F: También nos dimos cuenta que no es abrir y ya está, cuando abrís empieza una nueva ola de desafíos. Hay que ir superándolos, y cuando los superas llegan otros, y cuando los superas llegan otros, pero bueno, es aprender a surfear la ola. Y a disfrutarlo en el en el medio.

-¿Cómo fue el paso de vender desde casa o por redes a tener un espacio físico?

L.R: Y yo creo que la gente ahora nos conoce un poco más, antes desde mi casa, y para mí que no soy acá, fue bastante difícil. La gente nos empieza a conocer, pasa y mira el lugar. Nos abrió la puerta a más gente.

“Lu Pastelería”, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1145, ofrece una amplia variedad de productos: desde croissants, danesas, medialunas, alfajorcitos de maicena y cookies, a brownies, budines, pastafrola, tarta de coco y rogel, entre otros. A su vez, por encargue, realiza tortas de cumpleaños, cajas materas, y mesas dulces para eventos.

Mientras Lucia se encarga de realizar los productos de pastelería, Lucio prepara los de la cafetería. Café americano, café con leche, mocha y cappucchino, son algunas de las opciones de su menú de especialidad.

“Y ahora que se viene el calor, vamos a agregar licuados, café frío y tostadas a la carta.”, comentaron los jóvenes. Además, destacaron el hecho de que sus productos son para llevar, no para consumir en el local.