Contrastes

Desinterés en las urnas: votó el 66% del padrón nacional y el 73% en Entre Ríos

Con el cierre definitivo de las urnas y en vísperas del escrutinio, el panorama electoral nacional quedó marcado por un dato contundente: la participación ciudadana en estas elecciones legislativas nacionales fue del 66% del padrón, según informó la Cámara Nacional Electoral.

A nivel provincial, Entre Ríos registró una concurrencia del 73%, de acuerdo con datos de la Justicia Electoral del distrito, que reportó un 60,92% a las 17 y un cierre final en torno al 73% al término de la jornada. El contraste con el promedio nacional resulta significativo y posiciona a la provincia entre las de mayor participación del país.

Este nivel de ausentismo a escala nacional no solo prolonga una tendencia descendente que se arrastra desde comienzos de siglo, sino que la profundiza, instalando a esta jornada como una de las de menor concurrencia de la historia democrática argentina.

Desplome histórico: lejos de la democracia fundacional

La cifra de hoy rompe con los parámetros tradicionales de participación. Mientras que el promedio histórico en elecciones legislativas desde 1983 se mantuvo entre el 70% y el 80%, la votación actual se ubicó entre 9 y 14 puntos por debajo de ese rango. En términos absolutos, el 34% de abstención representa a más de 12 millones de personas que no concurrieron a votar sobre un padrón cercano a 36 millones de electores.

El contraste es elocuente:

  • 1983 (pico histórico): 85,8% de participación, en el hito del regreso democrático.
  • 2003 (mínimo previo): alrededor del 70%, en medio del clima de descreimiento posterior a la crisis de 2001.

El 66% de 2025 se ubica por debajo de ambos registros y confirma un nivel de desinterés que ni siquiera se había alcanzado en los años de mayor crisis institucional. La caída de la participación expresa un malestar extendido y una fractura creciente entre la ciudadanía y el sistema político.

Un desafío de legitimidad y representación

La suspensión de las PASO —aprobada por ley a comienzos de 2025— transformó a esta elección en la única instancia de expresión electoral a nivel nacional. Por eso, el nivel de concurrencia adquiere un valor político singular.De confirmarse la cifra de 66%, los dirigentes que resulten electos deberán gobernar en un contexto de representación más limitada: sus mandatos se sostendrán en el voto de apenas dos tercios del electorado habilitado.El desafío de legitimidad que abre este escenario es profundo, y obliga a repensar la conexión entre la dirigencia y una ciudadanía que, con su ausencia, también emite un mensaje.

Mientras se desarrollaba el escrutinio provisorio y los telegramas comenzaban a cargarse, el foco nacional permanecía en ese dato: una participación que redefine el clima político y social del país.

Entre Ríos, por encima del promedio nacional

Mientras el país registraba una de las concurrencias más bajas desde 1983, Entre Ríos se destacó con un 73% de participación, según los datos oficiales del Juzgado Federal con competencia electoral.

El diferencial de siete puntos frente al promedio nacional refleja un mayor compromiso cívico en la provincia. En este sentido, es inevitable reconocer el mérito de la gestión del gobernador Rogelio Frigerio en estos guarismos, que contrastan claramente con el escenario nacional. 

Más allá de los matices, el contraste es claro: en un contexto de abstención y apatía en buena parte del territorio, la provincia mantuvo una participación superior al promedio y una jornada electoral sin incidentes destacados, con normalidad en el desarrollo del comicio y en el cierre de los establecimientos.

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