Legado
Revolucionó el mundo de la moda y logró una fortuna de miles de millones: la historia de Giorgio Armani
Creador de un imperio valuado en miles de millones de dólares, revolucionó el mundo de la moda con su visión.

Pocos convierten un arte en un imperio global, alcanzando millones sin partir de privilegios. La moda, un crisol de creatividad y estrategia, consagra a quienes fusionan visión con trabajo. Algunos nombres redefinen el lujo, creando diseños que trascienden generaciones y encarnan la elegancia universal.
Giorgio Armani, desde un pueblo italiano, forjó una marca icónica. Fallecido a los 91 años el 4 de septiembre, su visión transformó la moda. Desde Milán hasta Hollywood, su estilo sofisticado marcó un legado eterno, sostenido por un imperio colosal.
Cómo Giorgio Armani se convirtió en multimillonario
Nacido en Piacenza en 1934, Giorgio Armani creció entre las carencias de la posguerra. Dejó la medicina tras trabajar en La Rinascente, descubriendo su pasión por la moda. En 1975, con 10 mil dólares y Sergio Galeotti, fundó Giorgio Armani S.p.A., generando millones con su talento.
Sus trajes de líneas simples revolucionaron la moda masculina en los ‘80. Vestir a Richard Gere en American Gigolo lo lanzó a la fama global. La marca creció con ropa femenina, perfumes y accesorios, ofreciendo lujo elegante en colecciones listas para comprar en tiendas.
Con 3 mil tiendas en 60 países, Armani facturaba 4 mil millones anuales hasta 2025. Su estrategia de crear ropa en serie, accesible pero sofisticada, lo convirtió en multimillonario. Su visión transformó la moda en un negocio global, combinando calidad con alcance masivo.
Miles de millones: el patrimonio de Giorgio Armani
El imperio Armani, valorado en 11.1 mil millones de dólares al momento de su muerte, abarcaba moda, perfumes y hoteles. Líneas como Emporio Armani y Armani Exchange generaban millones, con colecciones de lujo accesibles. Su marca era un símbolo global de elegancia.
Sus fragancias, como Sì y Creed, dominaban mercados, mientras Armani Hotels en Dubái y Milán ampliaban su visión. La marca facturaba 2.4 mil millones anuales en tiendas, con Armani como único accionista, un logro raro frente a gigantes del lujo.
Armani impulsó prácticas éticas, como prohibir modelos con bajo peso, y donó millones a hospitales. Sin herederos directos, planeó una fundación para preservar su marca. Su reciente fallecimiento marcó una era, pero su elegancia perdura en la moda global.