Exportación discutida
Planteos sobre la carne argentina tensaron las negociaciones con EE.UU.
En medio de la posibilidad anunciada por Trump de amplia el cupo de venta, la secretaria de agricultura de Estados Unidos planteó dudas sanitarias por la vacunación de aftosa. La Rural salió al cruce planteando que el país no presenta ningún brote desde hace 24 años.

El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, respondió este miércoles a las declaraciones de la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, quien había señalado que no compraría "mucha" carne argentina por "un problema de aftosa".
"No sé si es una burra. Mal informada, seguramente, la señora", dijo el dirigente en diálogo con Radio Mitre, al tiempo que supuso que se trató de un "error" de la funcionaria de Donald Trump porque la intención de ese país es "comprar más volumen".
A su vez, Pino destacó que la Argentina no registra casos de fiebre aftosa desde hace "más de 20 o 30 años" y recordó que existe una campaña de vacunación preventiva. "Eso también es porque trabajamos bien y de manera consciente", explicó el titular de la SRA, quien además recalcó que "hay que llamar a la señora y darle tranquilidad".

Rollins había dicho a la cadena CNBC que la importación de carne argentina "no será mucha", pese al nuevo acuerdo comercial impulsado por Trump, quien había planteado que esa apertura podría ayudar a estabilizar los precios internos.
La funcionaria justificó su posición al afirmar que Argentina "enfrenta un problema de fiebre aftosa", aunque el país conserva desde hace 24 años el estatus de libre, con o sin vacunación según la región, reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Por eso, Pino sostuvo que los productores argentinos cumplen con altos estándares sanitarios y de control. "No tener la enfermedad y seguir vacunando habla muy bien de nosotros. Somos cuidadosos y no queremos volver a pasar por un momento como el de hace muchos años", afirmó el dirigente.
En tanto, las declaraciones de Rollins se dieron en un contexto de tensión dentro del sector ganadero estadounidense. Algunos productores locales expresaron su rechazo a una posible baja de aranceles a la carne importada, ante la intención de Trump de bajar los "precios de res" del país norteamericano.